19 de marzo de 2010

8.8 razones en casí 3 minutos, para tener miedo...


Viernes en la noche, ya sábado en la madrugada de una semana agotadora, la guerra de casualidades que me separo del abrazo que me habría gustado tener y las ganas de dormir me hicieron acostarme en mi 7mo cielo, del ultimo piso del edificio a eso de las a las 2:30... y de pronto entre sueño, entre remesones, entre golpes de cosas que caían, paredes que se movían, alarmas y gritos... Despertar en el infierno!!!
... Con el cerebro casi apagado, sin saber si es realidad o pesadilla, corrí a abrir la puerta del departamento pensando en evitar quedarme atrapada, como le paso a tantos, mientras repetía como mantra..."ya va a pasar, ya va a pasar"... y nada pasaba y todo empeoraba, hasta que en un remeson tremendo con una fuerza difícil de imaginar, me pegue contra el marco de la puerta y las luces se apagaron.

Cuantos no pensamos que ese era el ultimo segundo?, que seríamos protagonistas de rescates como los vistos en Haití poco antes?. En un acto de rendición, de bajar los brazos, de sentirse impotente ante la naturaleza y mientras miraba un pasillo que parecía eterno, decidí no pelear y sentarme en el suelo, mientras el mantra había cambiado a una suplica: "para, para". Con el corazón apretado... pensaba con angustia en mi mamá que se encontraba en una casa construida el año 1924... y no sé que fue peor, si pensar que uno se va a morir y que no hay nada que hacer, la angustia de no saber como están los que uno ama, o la soledad de no tener a quien abrazar cuando todo se derrumba... no lo sé!


Cuando todo paro, cuando esos casi 3 minutos dejaron de golpear el alma... cuando logre pasar por sobre los vidrios, los muebles en el suelo, los electrodomésticos, para vestirme y correr 7 pisos abajo, saltando la reja del edificio, pues la llave de esa chapa eléctrica no aparecía... la imagen en el exterior no acompañaba, lo vivido... la luna llena alumbraba el caos en las calles, la gente corría desde los bares a los autos, gritos, llantos, vidrios en el suelo, pero a diferencia de lo que suponía, los escombros no eran tantos...

No tengo palabras para explicar lo que sentía, quizás uno de los miedos más tremendos que he tenido de llegar a la casa de mi mamá, pues sólo podía pensar que sería para sacarla de debajo de los escombros, por lo que pase a buscar a un buen amigo, tal vez suponiendo que sería quien me afirmaría...


Ese día 27 de Febrero, la pesadilla no termino ahí, con el paso de las horas nos fuimos enterando de la magnitud de lo ocurrido, del maremoto que azoto las costas, arrasando familias enteras entre un mar de restos de ciudades y pueblos, incluso con la de una compañera de colegio que hoy conforma la lista de fallecidos y desaparecidos, junto a varios conocidos más... de los millones que ya no tenían casa, de los departamentos que se desplomaron o de otros que ahora son fantasmas con orden de demolición, de las carreteras destruidas, de la falta de agua y luz eléctrica, de la escasees de alimentos y combustible...


Hoy, a un mes, vivimos con el miedo constante a las fuertes replicas pronosticadas y a las que día a día se hacen presentes, dejándonos sin dormir y teniéndonos en vilo, aun hay pueblos sin agua, y quedan años para volver a levantar todo lo que esa noche se derrumbo... pero así es esta tierra y ojala lo no lo olvidemos, no para vivir en la paranoia del miedo, sino preparados, atentos, y conscientes de que esto se termina cuando menos lo pensemos.


"mientras la tierra gire y nade un pez, hay VIDA todavía..."

7 comentarios:

Cangurosorte dijo...

Siempre es entretenido leer como describes las situaciones... al leerte me haces sentir el mismo miedo y angustia que describes, igual es una situacion extraña para mi, ya que dada mi bendita suerte yo no senti el terremoto, mi mente, mi angel y todo lo que me protege y bendice me jugaron una buena pasada y nunca vivi la experiencia.

carlosmxax dijo...

fue realmente lamentable, si todavia recuerdo ese sabado, en Antofagasta llegaban las noticias de un megaterromoto en la zona centro sur del pais, jamas pense que fuese de tal magnitud, pasado las horas se ponia cada vez mas feo el panorama

ahora, en el norte se pronostica uno de igual magnitud o mayor dicen, no creo en las estadisiticas, pero mejor prevenir, si recien hoy uno de 6.2 en Copiapo, de a poco se nos viene, espero estar peparado...

saludos!

Carlos.

TEJIENDO REDES . . . uniendo gentes dijo...

Artículo para felicitarlo, por una estética y lenguaje fenomenal. Saludos, Edo http://wp.me/poJFJ-3X

Yaya "Numeralia" dijo...

Sin duda, un terremoto es una experiencia que nos marca para el resto de nuestras vida! pero la vida sigue y tu y yo continuamos!

Víctor Hugo dijo...

Muy bien descrita la situación y los sentimientos y pensamientos que a todos nos ocurrieron ese día en esos 3 minutos...
Yo en ese momento pensé que si el sismo seguía el edificio donde vivo se caería y hasta ahí llegaría mi vida...
Después de ese día uno se siente mas pequeño y vulnerable... y mas consciente que la vida es un regalo...

Anónimo dijo...

Olvidé toda la calma que me había precedido en temblores anteriores...y me desconcerté aún más viendo que el movimiento era horizontal y no vertical como en 1985. Recopilé informaciones por radio en los momentos posteriores...y, en los nervios, no conecté los datos de un posible Tsunami.

Mi temor no era tanto por la estructura de la casa...sentía que, en cualquier momento, la cerámica se podía partir y perderíamos pie. Dentro de todo, en casa la sacamos barata.

Quizás ha pasado un poco la paranoia ante cualquier temblor...pero estamos atentos; aunque no sé si ese estado de alerta se pueda mantener a lo largo de todo un país por años de años...hasta que ocurra el próximo terremoto.

Saludos afectuosos, de corazón; y espero te encuentres bien.

GERMÁN DIEGO dijo...

¡Monster! Antes de que esto termine necesitamos vernos y emborracharnos, mmmmmmmm bueno tu te emborrachas y yo veo como lo haces (Yo tomaria una pepsi claro) ya vez que no bebo jejeje en fin, me acabo de enterar que todavía sigue temblando y no te creas que tu otra mitad este re lejos preocupa.
Un abrazo fuerte y desde aquí mando las mejores vibras para que lo que se tenga que acomodar de una buena vez lo haga y repito lo importante es que estas bien en compañía de la familia.