Eres.

Sin ni la más mínima duda, Un Hombre full equipo.

Al que no le puedo escribir, por miedo a que me responda y perderme en palabras que no estoy a la altura de replicar, porque me cautivan, me confunden y me dejan pegada por horas frente a una hoja de papel.

El que por suerte, no tiene Blog (o no lo usa) por que mi computador terminaría sin F5 y yo con una adición digna de tratamiento farmacológico.

El que me hace dudar, de lo que soy y de si quiero seguir siéndolo, dejándome en medio de una noche de sábado con la vista fija en el reloj, afirmando mis zapatos para no partir a su encuentro y seguir siendo esta niñita cómoda y cobarde…

El que me hace pelear con el celular, esperando como diría Fito que enredados en los cables de Entel de algún sueño podamos salir.

El que hace que el día en que estoy muerta por coleccionar horas sin dormir e incluso después de mucho conducir, yo prefiera correr para verlo.

El que me habla de igual a igual, y no me mira ni desde las alturas ni desde el piso. Porque también se gana la vida con sus neuronas y de las emociones vive, no se alimenta.

El que hace que conversar de economía, política no sea ni una clase ni una lucha de ideas, sea una conversación de esas que entretienen, y que ciertamente con pocos interlocutores se puede lograr. (re pocos en realidad).

El que me mira y se sonríe y hace que mi mirada quiera escapar, por que se confunde se pierde y a la que le termino poniendo un muro, al que cada vez tengo menos ganas de recurrir.

El que toma un avión, se sube a otro y entre tiempo y tiempo comparte unos segundos conmigo, pero que la memoria guarda como tesoros eternos, en los que uno encuentra perfectas sonrisas y gratas sorpresas.

El que me tiene acá, pensando si el próximo avión lo tomo yo.