27 de diciembre de 2004

Donde e eso galla-aaa por Dió???

La casa en la que me crié y en la que actualmente vive mi mamá, esta ubicada a unas pocas cuadras de la bulliciosa Av. Providencia, sin embargo esta lejos de ser la típica calle de ese sector. Si uno pasa de día, es una calle pequeña normal, que a lo más puede llamar su atención por lo antigua de la construcción y por su marcado estilo Art deco para quienes saben algo de arquitectura. Sin embargo su mayor cualidad esta lejos de ser su ubicación o su diseño.
La magia esta en sus vecinos, que suelen ser los mismos desde que yo tengo memoria, y no son vecinos modernos, de esos que bajan la mirada cuando uno se los cruza en la calle, muy por el contrario, ellos te saludan, te preguntan por tu vida, y estan siempre dispuestos a compartir un cigarro conversado y muchas veces algo más...
Me resulta difícil trasmitirles las navidades en esa calle, en las que siempre llegaba el viejito pascuero, o las miles de travesuras que quienes crecimos ahí, hemos vivido...
Pero sin duda la mejor experiencia es la fiesta de año nuevo.
Las actividades comienzan varios días antes, con los Bomberos de la 13 compañía, que comienza a lavar la calle, y claro, el agua y el calor de fines de diciembre siempre termina en la más campal de las guerras de agua en que ni el más pequeño ni el más anciano de los vecinos se escapa de la tentación de sacar la manguera y mojar a destajo...
De ahí, el trabajo se organiza espontáneamente y algunos preparan adornos para las mesas, solicitan los permisos municipales, coordinan con carabineros, otros inflan globos, las compras...
Finalmente la noche llega, y todos en torno a la mesa al más puro estilo “Té Club” se sientan a compartir mientras esperan las 12, y pueden dar fácilmente las 12:30 y uno aun continua dando abrazos a los que año a año se van sumando...
Pasan personas por las esquinas que se quedan incrédulas mirando el espectáculo, que me imagino para muchos debe ser chabacano, y lo de deduzco por que cuando cuento que mi año nuevo es en la calle me suelen preguntar con tono poco cálido “Donde es eso.... galla-aaa, por Dió?”

En fin, mi año nuevo podría ser sacado de un libro de garcía Márquez o de alguna canción de Serrat, y al menos yo, no lo cambiaria ni por la más pirula de las mega fiestas...

Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.

Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
lilas, rojas y amarillas.

Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,

en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su galán,
gentes de cien mil raleas.

Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.

Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.

Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.

Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre al portal
la zorra rica al rosal
y el avaro a las divisas.

Se acabó,
que el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

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