2 de julio de 2009

la muerte, de visita frecuente

No sé que pasa, no logro leer la señal.

Tal vez sea que estoy desperdiciando mi vida, tal vez sea una advertencia para tantas horas por carretera, tal vez sólo sea producto de la necesidad de tomar conciencia de que tiene fecha de termino, no lo sé.

En algunas ocasiones, la muerte ha rosado mi vida, arrebatándome un poco de ella, dejado huellas irreparables, y es eso lo que me hace entender a quienes ven partir prematuramente a sus seres queridos, recibiendo a cambio mil recuerdos maravillosos que se transforman en dolor, difícil de apaciguar.

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