No QuieRo +

Puede que esta soledad que aflora de mi alma, que desgarra gritos que sólo llegan a encontrar ecos, me este ahogando, silenciando, adormeciendo, aniquilando…

Un poco ya no soy yo, y veo brillos en espejismos surrealistas que duran tan sólo segundos, pero que en algo, traicioneramente parecen aquietar esta sed causada por el olvido del destino, que no me guardo nada, y ahora cuando el tiempo termina, cuando hay que partir, tampoco dejo el regalo de despedida.

Aun así, en los escasos minutos de cordura, donde mi propia voz y mi solitario latido no son molestos, y vuelvo a quererme un poco, me miro en el espejo y no me reconozco, porque sé, asumo y confieso, que no puedo seguir transmutándome en el basurero donde va a parar lo que nadie quiere, lo que otros botan, los restos, los residuos, los sobrantes…

… de una ciudad oscura, egoísta, fría, que me niega el aire y me invita a perder.