8 de noviembre de 2004

Prehistoria de Genero

En la nacion domingo Viene un articulo increíble, llamado “escuela de señoritas”, de no ser por que viene con la fecha en el articulo, yo habría creído que estaba leyendo un articulo de los años 40, en que se habla de la educación que reciben las alumnas de la carrera “administración y servicio” de la Universidad de los Andes, destinada a que aprendan a callar y a servir, mediante cursos de lavandería, protocolo y otras labores, propias de la esposa de un supernumerario (Opus Dei)

La mujer genera un aporte real y en estos tiempos fundamental a la economía de su núcleo familiar, es más, un indicador del nivel de desarrollo de un país, es el porcentaje de féminas que tiene en el mundo laboral.... Pero para que latear con algo que cualquiera que sepa sumar lo entenderá solito. Tampoco quiero discutir lo que pienso respecto a una secta como el Opus Dei, la verdad mi critica hacia ellos es mucho más profunda que el como quieran asumir el rol de la mujer en pleno sigo XXI...

Lo que realmente me parece curioso de esta nota, deja entre ver, es que aun existan hombres dependientes que no puedan ponerse a la altura de muchas congeneres, que no sean capaces de hacerse cargo de sus propios hogares, más allá de sus aportes económicos, y sean incapaces de cualquier acción domestica.
Tanta limitación da pena!!!
Sobre todo cuando esa limitación no sólo les impide plancharse su propia camisa, o prepararse sus propios alimentos, sino que además los condena a pagar la cuenta del restorán a perpetuidad, incluso cuando la fémina acompañante gane más o potencialmente pueda ganar más, incluso en pro de sus limitaciones prefieren bajar el nivel de calidad de vida de todo su grupo familiar en pro de ser atendidos, y así se vean suplidas sus incapacidades.
O cuando esta limitación los hace creer que “engrupen” a una mujer para tener sexo, ilusamente, olvidando que a nosotras también nos gusta... y que no es precisamente un sacrificio el que hacemos...
Tanta limitación, los llevo a creernos a nosotras limitadas, al punto de que nos favorecieron con una legislación, que por años nos considero incapaces de administrar los bienes de una sociedad conyugal, pero tampoco dignas de contraer compromisos de pagos, dejándolos solos con toda la responsabilidad, y hasta el día de hoy se nos otorga el derecho a elegir considerar o no, los bienes para la repartición de gananciales en un régimen mancomunado de bienes... Ósea lo de el marido es de la sociedad y lo de la mujer, solo si a ella le conviene :)

Por suerte, para ellos, la mayoría de los hombres que conozco, no viven presos de limitaciones tontas, pero el resto, los ingenuos limitados nos siguen considerando brujas, cuando llega la hora de hacer uso de sus desprecios y favorecernos con ellos... ja!

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